Sin duda la profilaxis pre-exposición (PrEP) ha marcado un hito en reducción de nuevas infecciones en personas con mayor riesgo de adquirir VIH en todos los sitios donde se han llevado los estudios de implementación. Una de las preocupaciones en los resultados presentados es la mayor incidencia de infecciones de transmisión sexual (ITS) tras el inicio de la toma de PrEP. Recientemente, tres comunicados de experiencias del primer mundo, 2 españolas, en Madrid y Barcelona, y 1 una publicación australiana han dejado en evidencia el aumento de infecciones como sífilis, gonorrea y chlamydia entre los usuarios de esta novedosa intervención. Las explicaciones a este fenómeno han sido diversas, como es el resultado de conductas sexuales sin uso de preservativo como compensación de riesgo o de diseños de los protocolos en cuanto a la frecuencia de tamización de ITS entre los participantes. Es de resaltar que un componente importante en el modelo de salud de PrEP sugerido por OMS y CDC es la educación sobre salud sexual responsable y modificación de los comportamientos de riesgo a través de estrategias de consejería dentro de los mismos programas de PrEP.
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